martes, 22 de febrero de 2011

Capítulo 2

Me encontraba en mi habitación, eran al rededor de las 4:30 de la tarde y estaba  sentada sobre mi silla mirando a la pantalla del ordenador. Estéticamente mi cuarto no es una habitación del otro mundo.  Las paredes están pintadas de un color rosa palo con una cenefa de lazos fucsia. La ventana se encuentra en la pared de fondo; esta tapada por 2 cortinas una de fondo blanca trasparente y otra encima con dibujos de chicas, frases y teléfonos móviles. A la derecha de la ventana se encuentra mi mesa de escritorio de color amarillo y lógicamente en ella esta el ordenador. Con la pequeña peculiaridad, de que la pantalla es rosa. Tras la mesa de escritorio se encuentra la cama. Se encuentra tapada por una colcha de color rosa que a su vez se encuentra tapada por un montón de peluches de todo tipo.
Apague la pantalla del ordenador una vez que vi que el ordenador estaba apagado, cogí la mochila de encima de la cama y la abrí,  esperando coger los apuntes para para poder pasarlos a limpio. No podía creer lo que veían mis ojos, entre mis libros había un libro un tanto peculiar, era muy pequeño,  pero pasaba como si tuviera 1000 páginas.  Tenía una pasta muy dura, tanto como el hierro.  Sobre su portada había como unas letras, pero era tan antiguo  que no se podía leer con claridad. Lo que más me extraño de ese libro es que era imposible abrirlo. Por mucho que lo intenté, no conseguí ni que una página se separara un milímetro.
Ya, cansada de intentarlo, y no haber conseguido nada, dejé el libro sobre la cama y empecé a pensar, cómo ese extraño libro podría haber llegado a mi mochila. Al cabo de unos segundos, me di cuenta, tenía que haber sido él, el chico de la mirada fulminante. Seguramente, al recoger mis libros, el suyo se habría metido por equivocación. Esto tenía una cosa buena y una mala. La buena: con la excusa de devolvérselo,  podría hablar un rato con él. La mala: No tenía ni idea de a qué clase iba, ni cuál era su curso, ni si quiera sabía su nombre. Aunque claro, tenía la esperanza de verlo algún día de clase por el pasillo, pero no tenía ni idea de lo equivocada que estaba.
Después de terminar de aclarar mis  ideas, decidí que seguramente, si conseguía abrir el libro, descubriría algo más de ese chico tan misterioso.  Así que me lancé a la cama de un brinco. Cuando lo tuve entre mis manos de nuevo, me di cuenta de que si, anteriormente no lo había conseguido abrir, ahora eso no habría cambiado.
 Así que decidí empezar a usar la lógica.  A lo mejor  podría tener una especie de cierre secreto, o “mágico” como diría mi hermano. Pero no, después de revisarlo y volver a revisarlo, no encontré nada. No comprendía cómo era posible que no se abriera si solo era un libro. Estuve reflexionando un rato y llegué a pensar que podía ser como los diarios que veía en la tele, durante los típicos anuncios publicitarios, esos que funcionan con voz.
Pero pensándolo mejor, no era del todo lógico, porque su aspecto no era ni moderno, ni tecnológico, ni siquiera sus hojas eran del papel de ahora. Y con la suciedad que tenía, no es exagerar el decir, que podría tener unos 100 años.
De repente, una idea pasó por mi cabeza: ¿Y si limpio el libro, consigo leer el título y lo busco en internet? Me pareció la única idea adecuada. Así que salí de mi habitación, bajé corriendo las escaleras y me dirigí a abrir un armarito pequeño, que hay en el comedor, para coger un trapo del polvo y un producto que servía para dar brillo. Una vez cumplida mi misión, volví a mi habitación.
Cogí el producto de limpieza, eché un poco en el trapo y empecé a pasarlo por la tapa del libro con cuidado, pero quitando todo lo que tenía encima. Cuando acabé, vi que el título se había borrado. Pero por suerte mantenía la forma de cada letra a causa, de  la profundización de las letras. Con esta profundidad conseguí  leer lo que ponía: liber libri dê mortuus.
Era latín. Me senté enseguida en la silla del escritorio y encendí el ordenador, mientras esperaba,  aproveché para leer las cuatro palabras de nuevo “liber libri dê mortuus” ¿Qué significaría aquello? De repente, la música de que el ordenador se había encendido, me arrancó de mis pensamientos.

23 comentarios:

  1. Libro de los muertos? Uyyy...que interesante!

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  2. jajjaajja
    enserio te lo parece?
    puff gracias ^^

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  3. si...si de verdad no me parecería interesante..no lo habría leiidoo...=D

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  4. Graciaas !!!
    me alegro mañana are el terrcero o esta noche sino me resisto XD

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  5. pues ...ya sabes...avisame cuando subas los capítulos....

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  6. =D sere tu fiel seguidora....hasta que lo tenga el libro en mis manos en papel =)

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  7. Eso ya va a ser mas complicado.. ajjajaj
    seria un milagro creo yo =)
    pero muchas gracias de verdad!!

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  8. Gracias!!! es increible encontrarse con gente asi por el mundo =)

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  9. Está super bien ya tengo ganas del siguiente xD

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  10. jeje esto va mejorando vamos aver jeje como sigue todo

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  11. axo este capituo esta mas interesante dios cm me gusta =)

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  12. Un comentario un poquito tarde porque me enviastes peticion al tuenti en el 8 capitulo y me los estoy leyendo todos juntos :P
    Me encanta el libro ya me enganché :D
    Por cierto hay un par de faltas de ortografias pero por lo demas me encanta !

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  13. Muchas gracias si me `pones la faltas que hay te lo agradecería de todas formas intentare corregir lo mejor posible y gracias

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  14. Me encaaantaa :) sigue asii ;)

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  15. Como te decía en el comentario del primer capítulo, está genial, cuando encuentres un editor seguramente te corriga todas las faltas, ya que es su trabajo, así que no tengas miedo y cuando lo termines enséñaselo a muchas editoriales, yo creo que podría salir publicado :)

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